Jose Luis 'El Puma' Rodriguez pasó seis días en Buenos Aires
Revista Caras, 12 de septiembre de 2006
Cuando la música comenzó a sonar y su figura apareció sobre el escenario, todos los invitados experimentaron el placer de ser sorprendidos. En el marco del festejo de los quince años de la empresa de moda Martina di Trento, celebrado en el salón Libertador del Sheraton Hotel, la actuación de José Luis “El Puma” Rodríguez deslumbró a los presentes.
Todo estuvo previsto para que la celebración fuera tan especial como el artista invitado. El salón fue delicadamente decorado con entelados blancos. Del techo colgaban finas esferas de flores lilium, que caían sobre cada mesa. Y después de disfrutar del exquisito catering, los trescientos invitados endulzaron sus oídos con la voz del más romántico de la canción. Para ellos, la sorpresa fue definitiva cuando se deleitaron escuchando algunos temas de su último disco, homenaje a José Alfredo Giménez, en los que desplegó los tiernos matices y colores de su voz.
Con la piel bronceada y su eterna sonrisa, “El Puma” se mostró divertido y feliz y dejó ver porqué se lo asocia directamente al romanticismo. “El romance es lo que está por descubrirse. Es lo que invita al amor y éste cubre multitud de defectos. El romance en sí es la aventura, el descubrir, el cuidar, el no agredir, el no molestar, el tratar de agradar y cuando es mutuo, es hermoso”, dijo.
El cantante, quien recorre diferentes países por cuestiones laborales, de pequeño partió de su Venezuela natal hacia Ecuador, etapa que él recuerda como trascendental en su vida. “Vivir en Ecuador fue muy importante, porque fue parte de mi niñez y eso me marcó mucho. Durante un año y medio me encontré sin amigos y con gente que no conocía. Fue un estado bastante solitario”, detalló. “Soy integracionista ciento por ciento y mi casa es Latinoamérica, aunque tengo una habitación en el cielo también”, agregó entre risas.
Durante aquella niñez , José Luis imaginaba un futuro parecido a su presente. “Siempre soñaba y me veía frente a una multitud, no sabía si era cantando o hablando. Me identificaba tanto con las películas de canto del cine argentino como del mexicano y eso me fascinaba. Era muy tímido, introvertido, ensimismado, aislado y el hecho de dedicarme al arte, consiguió que dejara de serlo”, detalló.
Dueño de un gran sentido del humor y de una humildad fácilmente perceptible cuenta cómo es cotidianamente la relación entre José Luis, el hombre, y “El Puma”, el artista. “Todos los días aplasto mi ego. Al ego hay que matarlo, aniquilarlo, destruirlo. El talento es imprescindible en el escenario, pero después que terminas la función tienes que bajar sin el ego, sin el orgullo, sin la vanidad del artista, del personaje conocido. Hay mucha gente poderosa que lo hace notar y agrede. Y el poder es transitorio, como el mismo cuerpo. No es fácil pero es lo que hay que hacer”, expresó.
— En relación al cuerpo, usted es un hombre muy coqueto incluso tiene su propia línea de perfumes, ¿cómo lo cuida? ¿Recurriría a una cirugía?
— Hago ejercicios, porque uno tiene un solo cuerpo y no hay otro de repuesto. Es un traje de carne, hueso y sangre y siempre pasa factura. Todo lo que le pongas en exceso, te lo va a cobrar más adelante, siempre. Y sin duda que recurriría a la cirugía.
Simpático y conversador, al “Puma” no le resulta sencillo elegir una de sus canciones como favorita. “Es difícil nombrar a una porque sería traicionar a otras que me han dado tanto éxito. Pero, por ejemplo, “Dueño de nada” me gusta mucho, porque es literal. La idea es que tengo algo cuando estoy aquí, pero después me voy y no me llevo nada”, relató.
— ¿Qué opinión le merecen las mujeres argentinas?
—Son hermosas, divinas. Son desinhibidas, comunicativas, sin complejos...son queribles. Son mi debilidad. La mujer en sí misma. Yo aprendí a no ver formas sino espíritus. Cuando uno empieza a ver formas discrimina y desde hace años veo espíritus, no formas.
— ¿Cree en la igualdad entre el hombre y la mujer?
— Totalmente, en todos los aspectos. La mujer forma una parte activa dentro del aparato estatal que antes estaba vedado para ella. Algunas han sido presidente de gobierno en varios países y tienen un rol realmente importante. Lo llaman el sexo débil pero yo no creo que lo sea. Ya el hecho de ser madre es de mucho compromiso y, aparte de eso, son profesionales y trabajan. Por eso yo las admiro muchísimo.
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